Agradecer consta de tres partes, la primera es la comodidad del día a día, sentirte bien con tus actividades. La segunda, no menos importante, es regalar aquello que más quieres, y la tercera consiste en no anclarte a ningún rencor del pasado. Eso es todo.

Cuando llegas ahí surgen dentro de ti las mariposas, y cuando llenas tu vida de mariposas no podrás pensar en lo mal que te va, simplemente te sentirás con suerte; si tienes suerte y vives así… ese es el camino.

Cuando estás en el camino, entonces ves que la vida es un ir y venir de experiencias de amor y desamor, de unión y desunión. Esto es lo que hay, acéptalo. Así puedes encontrar el camino de la paz, el agradecimiento y la evolución. Cuando vives en la aceptación, te rindes a ti mismo.

¿Has observado alguna vez en cómo te sientes al sentirte verdaderamente agradecido?, entras en éxtasis y te reconoces en todo lo que te rodea. Entrar en este estado es rozar con la punta de los dedos el momento de la creación.

Llegar a rozar con los dedos el momento de la creación produce un maravilloso momento de lucidez y claridad donde hay una forma de sentirse dichoso, y cuando entras en la dicha, se produce el silencio, ese silencio donde existe un agradecimiento profundo al sonido porque el sonido es el momento de la creación.

Aprende a estar en silencio para sentirte agradecido.

Al mantenerte en el silencio, tu familia, tus amigos y tus compañeros te quieren y respetan por quién eres, no por lo que pretendes ser. Porque cuando eres estás ahora, y cuándo pretendes no estás ahora.

El estar presente implica un camino de compromiso, y si al llevar a cabo ese compromiso no te fuera bien solo podrás decir «hice lo que pude».
Comienza por observarte, dirige tu mirada al interior, mírate al espejo y siéntete agradecido por lo que ves. Da gracias solo por estar encima de la tierra y no debajo.

Haz con vehemencia y pasión lo que te gusta hacer. Siente la energía de la gente que te apoya y te impulsa. Esto es importante porque la mayor parte del tiempo sentimos la energía de aquellos que no nos apoyan.